Descarga la guía de visita

Nuestras redes

Educación Patrimonial

Educación patrimonial

Todos los encuentros que realizamos con compañeros para hablar sobre patrimonio, terminan con una conclusión: la educación patrimonial es la única esperanza para salvaguardar el patrimonio. Desarrollamos aquí algunas ideas sobre educación patrimonial y te invitamos a revisar el extraordinario taller que en su día Alfonso Ramírez Contreras doctor en Patrimonio de la Universidad de Jaén nos impartió sobre este tema.

La educación patrimonial es la única esperanza para salvaguardar nuestro patrimonio

La isla de Fuerteventura cuenta con un importante legado cultural heredado de nuestro devenir histórico. Generar herramientas de educación patrimonial que nos permitan expandir el conocimiento, es uno de los objetivos que nos hemos marcado En La Cilla Museo del Grano donde albergamos una colección de objetos referentes de la etnografía que estuvieron fuertemente arraigados en la cultura popular de la isla.

Arados, parihuelas, angarillas, plantones, trillo o cernideras, constituyen parte de la colección de aperos que alberga el museo. También forman parte de ese patrimonio cultural los bienes inmateriales relacionados con los conocimientos y sabiduría popular, las técnicas tradicionales, el habla, la gastronomía, los paisajes, rituales, mitos y creencias.  

Es por ello que desde el museo hemos realizado esfuerzos para contribuir a la recopilación y divulgación de parte de esa sabiduría popular. 

El contexto acelerado y cambiante en el que nos estamos desarrollando, nos impide un tiempo de reflexión necesario para asimilar cualquier aprendizaje que se aprecie. 

En el Museo del Grano La Cilla siempre nos hemos esforzado por albergar un espacio de reflexión para el cuestionamiento del modelo de cambios acelerados que está experimentando el archipiélago canario. Cómo éstos están afectando gravemente la cadena de transmisión intergeneracional motivada por la sustitución de unas paupérrimas prácticas tradicionales a otras más novedosas y eficientes, afectando gravemente a las manifestaciones tradicionales y quedando especialmente el colectivo juvenil ajeno al conocimiento de esas referencias patrimoniales. 

El contexto acelerado y cambiante en el que nos estamos desarrollando, nos impide un tiempo de reflexión necesario para asimilar cualquier aprendizaje que se aprecie. 

Es por ello, que se hace necesario implantar herramientas que permitan el desarrollo de los programas educativos patrimoniales.  En este contexto es urgente crear vínculos con nuestro patrimonio cultural material e inmaterial y la población juvenil. 

¿Qué entendemos por educación  patrimonial? 

La educación patrimonial es la rama educativa no formal que pretende mediante preceptos y ejemplos de expresiones y saberes patrimoniales desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del individuo. Tiene clara intención educativa aunque no se certifique, está planificada y requiere de evaluación. No está inserta en el ámbito escolar, pero encuentra en el profesorado el mayor aliado para su desenvolvimiento.

La educación patrimonial ayuda a gestionar la transmisión del legado patrimonial para lograr que sus propietarios simbólicos (la ciudadanía) lo entienda y sienta como suyo. Conociendo, comprendiendo y valorando estos saberes. 

Es necesario crear instrumentos que permitan realizar actuaciones educativas que deben ser ordenadas, estables y sostenidas en el tiempo, además de estar sólidamente fundamentadas. Por ello, la educación patrimonial se concibe como una disciplina clave en la gestión del patrimonio. 

Herramientas educativas patrimoniales desarrolladas

En el Museo del Grano se recrea la cultura generada en torno a la obtención de los granos, mediante la visualización de los útiles agrícolas y la explicación de las faenas del campo. En el interior de este edificio se exponen un conjunto de objetos, textos y fotografías. Así, el lenguaje de los objetos, el lenguaje visual y el lenguaje verbal se fusionan, para transmitir la forma de vida tradicional de los habitantes de Fuerteventura. La ubicación del Museo del Grano en la casa de la Cilla se fundamenta en la función histórica de almacén de granos desempeñada por este edificio. Las cillas se construyeron para depositar las cosechas de la Iglesia, tanto las obtenidas de los ganados y tierras de su propiedad, como las que le correspondían en concepto de rentas decimales. En la isla de Fuerteventura existieron cillas en Betancuria, Tiscamanita, Tetir, Tindaya y La Oliva. La Cilla de La Oliva fue construida a comienzos del siglo XIX, siguiendo las pautas de la arquitectura tradicional majorera, tanto en la tipología, como en los materiales empleados en la edificación. 

Con el objetivo de transmitir todo este legado a las nuevas generaciones y que consigan sentirlo como propio, el Museo del grano La Cilla, ha desarrollado un cuaderno didáctico como herramienta de ayuda. El objetivo es implantar un proceso educativo a largo plazo en torno al patrimonio. Este cuaderno, realizado por y para maestros y maestras de primaria, es un primer paso en el entramado educativo que es necesario construir para conseguir evitar la ruptura definitiva de la cadena de transmisión cultural intergeneracional.

Otras herramientas, otros horizontes

Es necesario establecer comunicación desde diferentes ámbitos sociales, buscando fórmulas de reciclaje, espacios de encuentro, lugares donde compartir la diversidad de interpretaciones y manifestaciones que el pasado nos ha ido heredando.

Es importante darnos cuenta que los procesos educativos cada día requieren de un mayor dinamismo. Los contenidos se generan de manera constante. La atención del usuario es un bien cada día más preciado y la sobreinformación satura de ruido la situación. Los procesos educativos no formales requieren de tiempo y evaluación. Pero se pueden engarzar dentro de programas lúdicos para buscar más aliados.

Es necesario establecer comunicación desde diferentes ámbitos sociales, buscando fórmulas de reciclaje, espacios de encuentro, lugares donde compartir la diversidad de interpretaciones y manifestaciones que el pasado nos ha ido heredando.

Es una responsabilidad ante los vertiginosos cambios a los que cada día estamos siendo sometidos aunque apostando por ver un horizonte de oportunidad.

La importancia de educar en Patrimonio

En ‘La importancia de educar en Patrimonio’, el doctor en Patrimonio de la Universidad de Jaén, Alonso Ramírez Contreras, nos adentra en la necesidad de crear la figura del «Educador en Patrimonio» aportando su conocimiento y experiencia. Fomentando la educación por descubrimiento y profundizando en el perfil de los alumnxs.